Categorías: ECCTA Papers, Notas de Opinión
Por Roberto Pradier
La Argentina sufre una altísima inflación y las perspectivas a mediano plazo son que seguiremos teniéndola. Esto genera un importante desafío para el mercado asegurador que aún no ha podido encontrar una solución razonable al problema ya que los seguros son en general contratos con vigencia anual y deben funcionar de una manera equitativa durante todo ese plazo. Aquí se esbozan algunas opciones.
A lo largo de su historia, Argentina ha padecido numerosos ciclos inflacionarios, con hiperinflaciones y sólo cortos períodos de estabilidad de precios. Estadísticamente, los últimos 210 años registran una tasa de inflación promedio de 51% anual, siendo el máximo histórico de 3000% en el año 1989. Como afirma la ASOCIACIÓN ARGENTINA DE DERECHO DE SEGUROS, el impacto de la inflación en el seguro no es nuevo: “atraviesa al contrato de seguro en todas sus formas. Altera el equilibrio económico financiero de la empresa de seguros, incide negativamente en el mercado, desalienta la contratación, aumenta los costos y el incumplimiento”. La cuestión viene de larga data y, sin embargo, seguimos sin encontrar respuestas válidas.
Las soluciones existentes en el mercado actualmente son:
Pólizas en pesos
Esta más que una solución es un problema. La inflación destruye rápidamente las sumas aseguradas y sub límites de cobertura así como los deducibles por lo que al momento de un siniestro aparecen problemas de infraseguro, suponiendo siempre que las sumas aseguradas estaban bien establecidas al inicio de póliza.
Las aseguradoras sufren de insuficiencia de primas, así como constantes conflictos con asegurados insatisfechos y los asegurados de insuficiencia de cobertura.
Algunos optimistas sugieren que el asegurado revise periódicamente las sumas aseguradas y las ajuste “manualmente” por inflación. La experiencia indica que estos ajustes suceden tarde, mal y nunca por lo que el problema subsiste.
Pólizas en pesos con cláusula de ajuste
En este caso se utiliza una póliza en pesos con una cláusula de ajuste automático de la suma asegurada hasta un determinado porcentaje. Para los más viejos que han vivido otras épocas de alta inflación es la vieja cláusula de índice variable “re-fritada”.
En la práctica funciona un poco mejor que las pólizas en pesos pero tiene la limitación de que las aseguradoras sólo están dispuestas a dar ajustes del 20% o 30% que claramente son insuficientes para una vigencia anual y una inflación del 250% .
La propuesta de que el asegurado actualice la suma asegurada de manera periódica en forma “manual” tal que la cláusula sirva para estabilizar la suma “entre dos ajustes”, choca con dos escollos: el primero es que los ajustes periódicos de suma asegurada suelen no ser realizados y, el segundo, que las pólizas no tienen una cláusula de ajuste post-siniestro.
Los grandes siniestros pueden tardar varios meses en ser liquidados, por la dificultad intrínseca y los plazos necesarios para finalizar el análisis del mismo, por lo que la inflación sigue erosionando el monto de la liquidación final.
Pólizas en dólares
Actualmente existe la posibilidad en el mercado de asegurar algunos ramos en dólares, lo que otorga una cierta estabilidad a la suma asegurada. Esta es una solución mucho mejor que las dos anteriores pero aun así no está libre de defectos.
El primero de ellos es que obliga a las aseguradoras a emitir notas de débito por la diferencia del IVA entre los facturado al inicio de póliza y lo pagado realmente en caso de pólizas en cuotas. Este proceso suele ser semi manual y bastante engorroso.
El segundo inconveniente es que, si bien las pólizas son en dólares ,se utiliza como referencia el dólar oficial tanto para las primas como en la determinación de la suma asegurada al momento del siniestro. En períodos normales esto no es un gran inconveniente ya que el dólar oficial suele ajustarse siguiendo la inflación pero, de tanto en tanto, se generan situaciones anormales de dólar “pisado” o en las grandes devaluaciones que suelen inexorablemente seguir a períodos de dólar “pisado”.
Como ejemplo de esto podemos tomar el período del segundo semestre del año pasado y estos meses del principio del 2024. A principios de agosto de 2023 se fijó el dólar oficial en 365.50 ARS/U$S. Este valor permaneció prácticamente sin cambios hasta principios de Diciembre de 2023. Durante este período la inflación IPC fue: en agosto 12.4%, septiembre 12.7%, octubre 8.3% y noviembre 12.8%.
El acumulado de esos meses es del 54.75 %. Es decir, algo que estaba bien asegurado en dólares a tipo de cambio oficial en Agosto 2023 para fines de Noviembre presentaba un importante infraseguro.
Contrariamente, en diciembre de 2023 se lleva el dólar oficial del nivel de 365.50 ARS/U$S al 827.25 ARS/U$S. Por lo que algo que parecía correctamente asegurado en dólares oficiales a principio de Diciembre estaba “sobre-asegurado” para finales del mismo mes (126% de sobre-seguro).
Pero la película no termina ahí. En Argentina las grandes devaluaciones suelen acelerar la inflación. Por lo que la inflación de los siguientes meses fue: diciembre 25.5%, enero 20.6% y febrero 13.2%. Esto nos da un acumulado del 71.33 %, por lo que si el Asegurado redujo su suma en dólares, luego de la devaluación vuelve a tener un importante problema de infraseguro.
Creo que esto prueba que las pólizas en dólares funcionan mucho mejor que las pólizas en pesos pero fallan en los períodos en que las autoridades no dejan flotar al dólar oficial libremente o ante grandes devaluaciones.
Como ejemplo, tomamos una póliza que cubre un activo que vale ARS 100.000.000. A Junio 2023 representa U$S 373.134 al cambio oficial (o U$S 206.317 a dólar MEP). En el gráfico se pueden ver periodos de sobre-seguro y de infraseguro como consecuencia de la inflación para una póliza en dólares. El dólar MEP sin ser perfecto sigue mejor la evolución de la variación del índice de Precios al Consumidor.
¿Una propuesta superadora?
El mercado asegurador hoy mantiene las tres posibilidades antes descritas y ninguna de ellas es totalmente satisfactoria. Creemos que se pueden explorar otras opciones.
Una característica de vivir en un país con comportamiento circular como Argentina, es que los problemas se repiten en el tiempo y muchas veces las posibles soluciones también pueden reutilizarse en la medida que se puedan adaptar al nuevo entorno.
¿Quién recuerda los “Bonex”? Para los más jóvenes les cuento que a fines de los 80 se hacían pólizas en “moneda Bonex”. Los Bonex (Bonos Externos) eran obligaciones del gobierno argentino en dólares que cotizaban en las bolsas de Nueva York y de Buenos Aires. Eran representativos del valor del dólar blue (algo parecido al MEP actual). Las pólizas se pactaron con una suma asegurada expresada en Bonex y, tanto los siniestros como las primas, se pagaban de acuerdo a la cotización del Bonex en Nueva York.
Los Bonex no existen más. ¿Sin embargo, es posible identificar algún bono similar que cotice en Nueva York o utilizar el valor del dólar MEP? Así se podrían emitir pólizas en las que la suma asegurada y las primas se independicen de las decisiones políticas. Aunque habría que chequear las variaciones del mercado de valores, los bonos suelen tener fluctuaciones muy lentas.
Desde EspacioECCTA, proponemos abordar el tema en profundidad, generar una adecuación de regulaciones, un camino directo y profesional para cuidar el amplio universo asegurador y aportar la experiencia de nuestros especialistas logrando nuevos productos y formas asegurativas con valor tangible para los clientes.
La GENEVA ASSOCIATION cuando habla del fenómeno inflacionario en seguros informa que “existen una amplia gama de medidas de gestión que las aseguradoras pueden adoptar para responder al nuevo entorno macroeconómico.” Donde “las aseguradoras podrían ofrecer productos más accesibles y con un mayor enfoque en la prevención de riesgos y pérdidas”. Sentenciando que “en mercados con una presión salarial cada vez mayor, las aseguradoras también mantendrán su impulso para mejorar la eficiencia de los costes operativos y la productividad general”
Lo que lleva a concluir que “para contrarrestar el aumento de los costos de los siniestros, las aseguradoras pueden acelerar aún más la automatización de las reclamaciones y el procesamiento directo, así como ampliar (o construir) redes de aliados y proveedores para negociar precios fijos durante un período de tiempo más largo”.
El desafío está planteado, evidentemente será necesario estudiar la posibilidad de implantar nuevas modalidades y entender las implicancias contables, financieras, regulatorias etc. que dicho cambio conlleva. Debemos conectarnos con el futuro de nuestra industria y construir puentes donde los clientes se encuentren más protegidos y las aseguradoras ganen en eficacia y eficiencia.
Leer el artículo completo en: Pool Económico
FUENTE: EspacioEccta
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